Una pregunta, clave para evitar una estafa por IA en Ferrari
«Estate listo para firmar el acuerdo de confidencialidad que te va a mandar nuestro equipo legal cuanto antes», ordenaba Vigna. «Las autoridades de Competencia italianas y la Bolsa de Milán ya han sido informadas. Estate preparado y, por favor: máxima discreción».
Todo parecía estar en orden para el ejecutivo –que solicitó permanecer anónimo a Bloomberg–, salvo algunos detalles. En primer lugar, el número de Whatsapp desde el que se dirigía a él no era el número habitual de su jefe. Tampoco tenía la misma imagen de perfil, aunque se trataba de Vigna, trajeado, cruzando los brazos ante el caballo rampante de la marca.
Así que el número desconocido le llamó. La voz era exactamente igual a la de Benedetto Vigna, con su característico acento de su Potenza natal. Le explicó que estaba llamado desde un número diferente porque la conversación tenía que llevarse a cabo de manera confidencial, dado que el acuerdo podría «enfrentarse a obstáculos legales con China».