
San Pedro contiene el aliento y Roma espera humo blanco
Ir de San Pedro (por Sant Pere de les Puel•les) a San Pablo (por Sant Pau del Camp) era la expresión popular que indicaba ir de un extremo al otro en Barcelona. La frase se acuñó a finales de la edad media para crear una via sacra en la Semana Santa barcelonesa, intentando imitar el peregrinaje romano por las sette chiese. Un recorrido que purificaba a cada uno interiormente y creaba así concordia socialmente.
Hoy empieza el conclave. En términos civiles, diríamos que se desarrollará la jornada electoral en varias vueltas, hasta sustanciar un candidato de consenso. O, al menos, uno que no sea de disenso. De ahí ese sistema, llamado decantazione, que intenta convertir -de forma natural- a la opción más votada en la opción más aceptada, para que sea así la opción más acertada. Es lo que tiene llevar veinte siglos organizando conclaves.
Ha llegado la hora de la verdad. El pasado lunes fue el día clave. Por fin los cardenales actuaron colegialmente, hablando más allá de sus procedencias geográficas o grupos de afinidades. Pensaron finalmente sub specie aeternitatis (no olviden a san Agustín estos días), en el bien de la Iglesia en su conjunto y no en sus preferencias y opiniones. Serán juzgados por la historia, no por los medios de comunicación.