Sainz se guarda en un prólogo con destello español en motos
En el Dakar hay que tener claro que ir rápido no siempre es ir bien. Hay infinidad de casos en el casi medio siglo que tiene de vida el raid más duro del mundo, lo que implica que tirar desde el principio puede ser un error. Bien lo sabe Carlos Sainz, que llega como el vigente campeón y máximo favorito a reeditar el título. El madrileño y su copiloto Lucas Cruz son conscientes de que tienen ante sí una edición difícil pero ni mucho menos imposible, por lo que deben jugar bien sus cartas desde el inicio.
Así, en los escasos 30 kilómetros de especial cronometrada lo principal era no liarla y, si se podía, no salir arriba del todo. La etapa de este sábado, otro bucle en Bisha pero con 413 kilómetros por disputar, hacía de este viernes una trampa en la que los grandes favoritos no querían caer.
Tanto es así que la victoria de Henk Lategan con el Toyota Hilux es casi una mala noticia para él, porque tendrá que abrir pista justo por delante de Mattias Ekstrom, que entró prácticamente a la par con el Ford Raptor.