
Prepárate para el mal tiempo: Cómo actuar con lluvia, niebla o hielo en la carretera
Una vez al volante, la DGT advierte de cuáles son los problemas y las precauciones necesarias para reducir el riesgo que supone conducir con nieve, hielo, viento, lluvia o niebla.
Por ejemplo, y en primer lugar, la niebla puede convertirse en el peor enemigo de la visibilidad durante la conducción: un banco de niebla repentino puede reducir de forma drástica la visión del conductor a unos pocos metros por delante del frontal de su coche. Y si la temperatura es baja puede formarse hielo sobre la calzada. La niebla también afecta a la adherencia, ya que humedece el asfalto y la calzada se vuelve más deslizante.
Así, en carretera utilice el alumbrado adecuado a la intensidad de la niebla: encienda siempre la luz de corto alcance (y la antiniebla delantera si su vehículo la tiene) y la antiniebla trasera si la niebla es muy espesa.