Paula Hawkins, autora de 'La chica del tren', regresa con un nuevo 'thriller': «No escribo finales felices»
«No escribo finales felices». Fuera de contexto, esta declaración de la escritora Paula Hawkins podría parecer fatalista. Sin embargo lo desmiente al demostrar con una sonrisa cómo cambió su acento al mudarse de su Zimbabue natal (Harare, 1972) a Londres ante un grupo de periodistas reunidos por la llegada a las librerías de su última novela, 'La hora azul' (Planeta). Pero su afabilidad no impide que sus libros destilen el tono negro de un 'thriller' doméstico, casi íntimo, con pocos personajes y reminiscencias de Alfred Hitchcock y Patricia Highsmith.
Hawkins habla en Edimburgo, donde reside además de Londres, de una novela que, como esa ciudad, alterna grandes escenarios con callejones tenebrosos. Sus protagonistas esconden rincones oscuros incluso a quienes más los conocen. El título lo adelanta. 'La hora azul' hace referencia al momento del atardecer donde se mezclan la luz del día y la noche, apto para revelar o ocultar secretos.
Tras su portada no se encuentran las historias de amor con las que comenzó sino el género por el que su firma destaca en las estanterías. «No soy romántica, ni divertida», afirma. «Escribí cuatro novelas románticas por encargo. Pero sentía que era el crimen era el tipo de libro que debería estar escribiendo», explica. Precisamente con los crímenes, Hawkins se hizo internacionalmente famosa. 'La chica del tren' vendió 27 millones de ejemplares en más de 50 países. Le siguieron 'Escrito en el agua', 'A fuego lento' y 'Punto ciego'.