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Mueren una mujer y su hija atropelladas en el atentado de Múnich
La mujer, cuyo primer nombre era Amel, había participado el jueves por la mañana en la manifestación del sindicato Verdi en la capital bávara para exigir salarios más altos en el sector público. Llevó a su hija Hafsa con ella en el cochecito.
A las 10:31, la marcha terminó de la forma más abrupta y terrible: el solicitante de asilo de origen afgano Farhad Noori, de 24 años, se lanzó a toda velocidad con su Mini junto a un vehículo policial en la calle Seidlstrasse y se abalanzó contra la multitud, atropellando a 39 transeúntes. La niña y su madre fueron las más afectadas en el ataque y eran las heridas más graves.
El acusado ha confesado en los primeros interrogatorios que actuó por motivos religiosos y en el mismo momento de su detención gritó «Alá es grande» y comenzó a rezar, por lo que la Fiscalía de Múnich lo calificó de «atentado islamista».