© canarias7.esMigración sudanesa hacia el Mediterráneo
El impacto de la guerra en Sudán sobre la «geografía de la migración» aparece en dos direcciones paralelas. Internamente, el número de desplazados dentro del país rebasó los 9,5 millones hasta finales de septiembre de 2025. Externamente, los destinos son Egipto, Chad, Sudán del Sur y Etiopía como puntos de refugio iniciales, después son estaciones de tránsito hacia Libia y Túnez, donde los sudaneses se suman a las oleadas de migrantes que intentan cruzar el Mediterráneo mediante la ruta central.
Desde Europa, estas dinámicas no pueden separarse de la realidad de la ribera atlántica. Mientras la ruta central de Libia y Túnez registra incrementos en ciertos periodos, la ruta atlántica hacia las Islas Canarias sigue siendo sensible a cualquier cambio en África Occidental y Central.
La crisis tiene raíces sudanesas pero la internacionalización de la guerra es lo que le da la capacidad de reconfigurar la movilidad regional. El flujo de drones y armas desde potencias regionales en 2024–2025, como Egipto, Turquía e Irán, prolongó los combates y debilitó las posibilidades de tregua. En mayo de 2025, Estados Unidos determinó oficialmente que el gobierno sudanés usó armas químicas en 2024, e impuso sanciones.