© ideal.esLamine Yamal, ante el primer reseteo clave de su carrera
Lamine fue el nombre de la previa y del postpartido, ya que durante el juego pasó bastante desapercibido, sin encarar hacia adelante y jugando en exceso hacia atrás, tal y como le recriminó con tono provocador Vinicius.
Sus declaraciones en la tertulia de la 'Kings League' sobre el Real Madrid y los arbitrajes, sembrando dudas con la broma de que «roban, se quejan», fueron amplificadas por los medios y muy bien canalizadas por Xabi Alonso y sus jugadores para encenderse y cambiar la tendencia perdedora del Real Madrid en los últimos clásicos.
Como diría el exdelantero chileno Iván Zamorano, el vestuario merengue tenía «sangre en el ojo».
De nuevo, Lamine Yamal se hizo un flaco favor y también al Barça. Puede que todo «fuese muy exagerado», como reveló el neerlandés Frenkie de Jong tras el clásico; tampoco parecen Carvajal, su compañero y capitán en la selección, Courtois y sobre todo Vinicius, los más indicados para afear tras el partido la conducta previa de un colega, pero Lamine tiene tres problemas serios: su físico, con esas molestias que arrastra en el pubis y que le limitan, sus excentricidades y la forma de chapotear en los charcos, y la gestión de su imagen y del entorno.