La victoria aplastante en Iowa deja en manos de la justicia la campaña de Trump
La campaña de primarias del Partido Republicano de EEUU ya ha empezado con los caucus de Iowa, y salvo un giro inesperado en las próximas dos votaciones, en New Hampshire y en Carolina del Sur, todo apunta a que Donald Trump va a arrasar frente a unos rivales que se han centrado en atacarse entre ellos y mostrar su apoyo al propio Trump en vez de confrontar con el candidato al que, supuestamente, querían vencer. Así, la revancha entre el anterior y el actual presidente, Joe Biden, parece estar servida, siempre que lo permita el principal oponente que le queda al republicano: la Justicia.
La campaña de Trump es poco menos que una lucha contra el reloj de los tiempos judiciales. Su objetivo es llegar con el traje de nominado a los tres casos que decidirán su futuro, para alegar que cualquier sentencia en su contra estaría politizada y, por tanto, sería inválida. Pero el calendario está diseñado de forma que las sentencias podrían llegar antes de esa fecha, y que las posibles apelaciones podrían extenderse durante el verano, cuando se oficializarían las candidaturas, quizá con una gigantesca interrogación en las papeletas republicanas.
El primer juicio clave ya ha comenzado: la semana pasada, Trump alegó ante la Corte de Apelaciones de Washington que los presidentes tenían derecho a la inmunidad absoluta, por lo que, incluso si de verdad hubiera cometido delitos, la Justicia no puede perseguirle por ellos.