
La Peña Taurina Castejá celebra su primer aniversario
El fútbol es una injusticia sin remedio. Se habla mucho de meritocracia, de presionar, de correr siempre un poco más que el rival para acercarse a la victoria. Y nada de eso puede servir. Ni si quiera el talento es una verdad absoluta.
Desde el punto de penalti se le apagan las luces hasta a las estrellas más brillantes del firmamento futbolístico, y uno de esos astros que vale millones y millones de euros, y que goza de la zurda más codiciada del mercado termina pasando por un pobre torpón que parece que nunca dio una patada a un bote. Desde los once metros hay que jugársela a derecha o izquierda, arriba o abajo.
Los más creativos como Panenka, el Loco Abreu, Sergio Ramos o Hakimi optan por el centro de la diana, aunque esos serían un capítulo aparte. La gran mayoría se decanta por un lado, y que pase lo que tenga que pasar. Me sorprende lo “bien” que están tirados los penaltis cuando se meten y lo “mal” tirados que están cuando se fallan.