© hoy.esLa muerte civil de la dermatóloga de la 'jet set'
«Seguimos en la puerta de tu casa, ¿por qué no bajas a hacernos compañía?»; «Tienes un hijo escayolado. Deberías cuidarlo bien. A esta edad sufren accidentes inesperados»; «Eres una puta loca (…). Tenemos tiempo y dinero para acabar contigo»; «Otro viernes que nos saliste a cenar con tus amigos. Seguirte es aburrido porque has dejado de tener vida. Tarde o temprano te cansarás y bajarás la guardia»; «Seguro que ayer no pudiste mantener tu bocaza cerrada. Ya te la cerraremos, puta»; «Sabes que el final de esto será que te matemos en su momento».
Estos son solo seis de los más de 70 mensajes anónimos amenazantes que a lo largo de 2014 recibió en su teléfono la doctora madrileña Elisa Pinto. La dermatóloga de la alta nobleza y la 'jet set' llevaba padeciendo una campaña de acoso y derribo personal y familiar desde meses atrás, cuyo punto de no retorno se produjo el 13 de enero de ese mismo año. Ese día un individuo que le seguía se introdujo en su vehículo y con un cuchillo le pinchó en su hombro izquierdo. El aviso era serio. Era su integridad o su silencio.
El origen de esta historia de obsesión, violencia y cloacas policiales, que visibiliza los tentáculos oscuros del poder para destruir a una profesional de éxito, se sitúa un poco antes, en marzo de 2012. Fue durante una visita a la consulta hospitalaria de un distinguido paciente. Otro de tantos, predijo Pinto. Pero no. Ni mucho menos.