4Foto© ideal.esLa Feria del Libro arranca el viernes con el pregón de Pilar del Río
En la caseta en la que coincidí con Revilla estaba la televisión, esa que no presta atención a los escritores pero sí lo hace a políticos amortizados que escriben libros que desde luego no tienen ni el estilo ni la profundidad de los que escribieron Winston Churchill o Manuel Azaña. Ahora a Iglesias y a Revilla les une la misma cruzada contra el Emérito.
Revilla pregona en sus apariciones públicas que él vive en un piso de cien metros cuadrados y que su origen familiar es humilde. Dice Revilla que la querella que le ha puesto Juan Carlos I es desproporcionada porque él es solo un español que paga sus impuestos y malvive en un zulo de cien metros cuadrados.
Pero Revilla escribe libros, y sale por la tele pontificando, pontifica sobre el bien y el mal, con esa voz autoritaria, campanuda, eclesiástica. Revilla es vocinglero y populista, un sacristán clásico españolísimo. Y el Emérito es la demostración de que en España la justicia no es igual para todos y que vivimos en una democracia fallida. Revilla es monógamo y el Emérito es (o fue) poliamoroso.