En defensa de Frenkie de Jong
Frenkie de Jong ha roto por fin su silencio, y de qué manera. No sabemos si la idea de conceder una entrevista a Barça One fue del club o del jugador, pero ha sido sin duda una idea feliz. El jugador neerlandés, después de una larga y dura lesión, aparece en público justo cuando está llegando al final del túnel. En la entrevista, Frenkie se muestra ante la cámara relajado, sonriente, seguro de sí mismo e ilusionado.
Su espléndida gestualidad no verbal sirve por si sola para neutralizar parte de la basura infame que le han tirado encima estos meses unos cuantos ventiladores teledirigidos. Y por si alguien tenía alguna duda, el futbolista neerlandés desmiente de una tajada los dos rumores que servían para tirarle la afición encima: que cobra 37 millones (dice que "está muy lejos" de esa cifra) y que la decisión de no pasar por el quirófano no fue únicamente suya, sino que se decidió de común acuerdo por el club.
Desde que hace dos veranos la junta de Laporta le enseñó sin contemplaciones la puerta de salida y trató de forzar con poca delicadeza su salida del club (que él no aceptó) las relaciones entre el jugador, la institución y el entorno se han ido enrareciendo peligrosamente. Frenkie De Jong ha puesto de su parte: desde que fichó, su rendimiento ha ido siempre un peldaño por debajo de lo que se esperaba, y nunca ha conseguido estar en la élite europea de centrocampistas, a pesar de las grandes expectativas que levantó en su día.