El sin sentido del Dortmund, el milagro de jugar una final de Champions sin Haaland ni Bellingham
Se han acostumbrado bien en el Westfalenstadion a ser una catapulta hacia el estrellato en el último siglo. Van y vienen las estrellas en el Signal Iduna Park, uno de los escaparates preferidos por el fútbol europeo, y pese a todo continúan en la élite de la aristocracia de la Champions League.
El mayor contrasentido del equipo que dirige desde el banquillo el alemán Edin Terzić es que disputan en Wembley la gran final de la Liga de Campeones cuando justamente han dejado marchar en los dos últimos años a sus dos grandes estrellas, el noruego del Manchester City Erling Braut Haaland y el inglés del Real Madrid, su gran rival por el trono europeo, Jude Bellingham.
Y lo hace además con el equipo con menor valor de mercado de los últimos siete años, 463,70 millones, según transfermarkt. Menos de la mitad que la plantilla de Carlo Ancelotti, que se sitúa en 1.040 millones, según la misma web de referencia en el mercado de fichajes. «Nos encantaría tener a Haaland y a Bellingham con nosotros, pero esta es nuestra realidad.