8Foto© larazon.esEl Plan Forestal de Extremadura recoge inversiones por 364 millones en diez años
En la bienquista UD Salamanca, Lillo entregó el espacio del segundo delantero de los ochenta —el ratonero o el imaginativo que complementaba al 'nueve' rematador— a un centrocampista capaz de asociarse con los pivotes y canalizar el ataque con los extremos. Con el dominio progresivo del 4-3-3, los enganches fueron desplazados a banda o, si eran lentos pero no perezosos, a los interiores de la línea media. En el fútbol noventero, en cada equipo había un espacio reservado para el 'diez', luciera o no ese dorsal en la espalda. Todos sabían quién era el 'diez'.
En el Granada, el 'diez' es Arnaiz por más que debido a una infame profanación de la ortodoxia estética ese dorsal lo porte Bouldini. La recuperación del talaverano es una excelente noticia para Pacheta porque eleva la competencia interna, enriquece las posibilidades tácticas del equipo, mejora la eficiencia de las acciones ofensivas a balón parado y aporta fluidez al juego en la vanguardia. El impacto del mediapunta añade optimismo a un grupo capaz de reponerse a un arranque escalofriante.
No es habitual que un equipo se levante tras un parcial tan severo como el de esta temporada, pero, más allá de los resultados, la curva de rendimiento animaba a pensar que salir de la zona caliente era una cuestión de tiempo. Hace bien el entrenador en mantener ahora la prudencia, porque el equipo sigue siendo imperfecto, pero es justo reconocerle el mérito de haber arrancado el motor de un vehículo que parecía destinado a chatarra. El 'diez', el de más clase, ha sido siempre el carburador que permite la combustión.