El piloto de la narcolancha que mató a dos guardias civiles cuenta con varios antecedentes
Son muy conocidos en la zona de La Línea y todo el Campo de Gibraltar pero no precisamente por su profesionalidad. Porque, como en todo, también en el mundo del hampa hay categorías y niveles y, a pesar de ser ya un veterano, a sus 46 años, Francisco Javier M. P. no tiene muy buenas «reseñas» como piloto de narcolanchas. Dicen quienes le conocen que llevaba toda la vida, «desde los 13 años» aprendiendo a pilotar. Primero empezó con el contrabando de tabaco –parece el ritual de iniciación de todos– y, poco a poco, comenzó a manejar alguna zodiac con algo más de destreza.
Pero para ser un piloto de narcolancha de prestigio no solo hace falta destreza al volante, sino también cabeza; algo que a todas luces, a «Kiko El Cabra», le faltaba. «En el puerto había dos o tres narcolanchas, además de la de él. ¿Qué hizo el resto cuando vieron que venía la Guardia Civil? Pues lo normal: huir.
Éste se quedó ahí cuando con solo encender motores, en 20 minutos estaban en Marruecos o en cualquier otra playa y la embarcación de los GEAS ni le huelen. Pero como es así, se puso a hacer el tonto, a tirarles al agua y ahí ya, a hacer daño: si pasas por encima sabes que van a morir.