El cambio climático amplía la brecha de desigualdad: el papel de la protección social
Las consecuencias del cambio climático se empiezan a notar ya en áreas muy diferentes. Una de ellas es la vida cotidiana. Las personas no solo pierden calidad de vida, sino que se enfrentan a nuevos riesgos por culpa de este contexto. Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte de la importancia crucial que tendrán los servicios de protección social para paliar estas brechas, algo que ahora mismo se está quedando un tanto olvidado.
Aunque el porcentaje de población global con cobertura de protección social ha crecido (ha pasado del 42,5% de 2015 al 52,4% actual), la organización puntualiza que todavía quedan fuera quienes viven en los países más vulnerables al cambio climático. Entre los 20 países más vulnerables, el 91,3% de la población no tiene ningún sistema de protección. La media es más baja si se amplía la horquilla a los 50 países más sensibles, pero sigue siendo elevada con un 75%.
Según sus cálculos, la media de gasto global en protección social es, eliminando del cálculo la sanidad, equivalente el 12,9% del PIB de los países. Sin embargo, caer en picado cuando se analiza qué hacen de forma específica los países con rentas más bajas. Su gasto es del 0,8%.