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Dos meses sin Moves ponen en jaque los pedidos y el empleo en la automoción
El ejercicio 2025 es un año crítico para la automoción europea, pues las marcas se enfrentan a multas que, en total, rondarán los 16.000 millones de euros de no reducir sus emisiones de los 115,1 gramos de CO2 por kilómetro hasta la fecha a los 93,6 actuales. Esto solo significa una cosa para los fabricantes en el Viejo Continente: alrededor de una quinta parte de sus matriculaciones tienen que ser de modelos cero emisiones.
España nunca ha destacado por su apetito por este tipo de vehículos, a pesar de contar con unos planes de incentivos comparativamente elevados para fomentar la demanda de estos modelos. En su última edición –la tercera, que concluyó el pasado 31 de diciembre–, el Plan Moves contó con un presupuesto de 1.550 millones y ofrecía hasta 7.000 euros de descuento por la compra de un coche si se eliminaba de circulación otro con más de 10 años de edad.
Aún así, el año pasado este tipo de propulsores representaron apenas el 5,4% del mercado total, con 65.478 matriculaciones, un incremento del 4,2% en comparación con 2023. La reticencia española al eléctrico se ha intentado explicar por varias vías, ya sea su precio elevado en comparación con los modelos térmicos o la insuficiencia de puntos de recarga pública. Todo suma, pero lo cierto es que, a pesar de sus cantidades, el Moves era un plan criticado por ser poco eficiente a la hora de asignar fondos, pudiendo tardar más de un año en recibirlos.