
Audi S5, un sedán alemán que va como un tiro
De vez en cuando y sin motivo aparente, el departamento de Comunicación de Audi en Ingolstadt decide cambiar algo de la nomenclatura de sus coches y confunde a los clientes. El que haya estado, quizás pueda intuir por qué. El centro de la ciudad, situada a medio camino entre Núremberg y Múnich, es el de un pintoresco pueblecito bávaro por donde pasa el Danubio y, si no se tiene cuidado, puede esconder la realidad.
Esta es que se trata de una ciudad industrial en la que la marca de los cuatro aros decidió asentarse gracias a sus buenas comunicaciones después de la Segunda Guerra Mundial. De los 140.000 habitantes que tiene, más de un tercio trabajan directamente para Audi. También es bastante gris.
Por ello, el equipo que toma las decisiones debe de reunirse periódicamente y, para entretenerse deben tener conversaciones como: «ahora que los clientes saben que los números que asociamos a nuestros motores tienen que ver con la cilindrada [una decisión muy razonable para una empresa alemana fundamentada en la ingeniería], ¿por qué no los cambiamos para expresar kilovatios?».