
Amor en la oficina: ¿debemos revelarlo?
El tema no es ninguna frivolidad. Pasamos tanto tiempo en el trabajo que es ahí donde suele saltar la chispa. A principios de este año, Infojobs publicó los resultados de una encuesta en la que uno de cada cinco participantes confesaba haber mantenido un romance en este entorno. De ellos, solo un 4% la mantenía. Otro sondeo, en este caso de Zety, un servicio profesional de currículums, revelaba que el 57% de las personas antepondrían esa relación al empleo si les obligaran a elegir.
Pero vayamos a la cuestión inicial: ¿nos pueden echar por salir con un compañero de curro? La respuesta directa es no. Tanto la Constitución como el Estatuto de los Trabajadores garantizan que no se nos pueda discriminar, entre otros motivos, por cualquier condición o circunstancia personal o social, lo que incluye los vínculos amorosos o de parentesco que podamos crear en la empresa.
«El empleador no puede acceder ni injerir en la vida de un trabajador más allá de lo que tenga que ver exclusivamente con la prestación laboral. Así que no puede prohibir una relación ni despedirnos por tenerla.