
Wellens y una broma con Pogacar
Sí, en el Tour hay muchos trabajos diferentes y, efectivamente, Patrick se dedica a borrar penes en la carretera. Con su rodillo y su bote de pintura, elimina dibujos obscenos en el asfalto para no dar una mala imagen cuando las cámaras de los helicópteros emiten en directo. Se convierten por el arte de Patrick en búhos, conejos o mariposas. También borra palabrotas, insultos y mensajes publicitarios y políticos, y deja los ánimos a los ciclistas, las declaraciones de amor y las propuestas de matrimonio. «Las vemos de vez en cuando, y es muy bonito».
Y como duerme en el superautobús, Patrick no tiene que alojarse en algunos hoteles infectos que todavía perduran en las rutas francesas, con moqueta hasta en el baño -imagínense-, incomodísimas almohadas de rulo, cortinas pegajosas de ducha, y hasta con una recepcionista oriental acariciando un gato en el mostrador que al día siguiente se cuela entre las piernas de los clientes durante el desayuno, si es que quedan ánimos para comer allí, como en uno de Carcasona, que mejor no nombrar, donde Tim Wellens consiguió otra victoria para el UAE.
Ha cambiado mucho el Tour con estas cosas en los últimos años, pero todavía quedan excepciones para ir apuntando en la lista negra.