
Un hombre, atrapado en casa sin ascensor desde el apagón: «Estamos todos encerrados»
Desde que el 28 de abril se quedaron sin ascensor en el edificio, solo ha salido de casa dos veces. Una, el mismo día del apagón, que le pilló fuera y aprovechó para cenar en un restaurante «de aquí al lado» mientras esperaba a que volviese la luz. En su bloque, la electricidad no se restableció hasta el día siguiente, por lo que tuvo que acabar llamando a los bomberos para poder entrar en casa aquella primera noche. La otra, hace unos días, para acudir a una cita médica que tenía desde el año pasado en el Hospital de Cabueñes, para la cual también requirió la ayuda de los bomberos.
«La primera vez que subí (vive con su mujer en un tercer piso) estaba muy bien, porque estaba de hacer ejercicio, pero ahora ya no», explica. Los bomberos intentaron bajarle con la silla por las escaleras, pero «bajamos solo un piso y era muy engorroso, así que me apoyé en el pie derecho, ya que con él todavía me aguanto de pie, y entre su ayuda y el tacatá fui arrastrando el pie izquierdo y conseguí bajar». Y todo ello porque, a raíz del apagón, la placa electrónica del ascensor se estropeó y ya no volvió a funcionar.
«Al principio creían que la avería iba a durar uno o dos días», cuenta López, pero «la que se ha estropeado no es una pieza cualquiera, cuesta 8.000 euros y nos dicen que hasta la semana del 21 de mayo no llegará». Según la empresa Eninter, encargada del mantenimiento del ascensor, la placa electrónica es «el cerebro» del ascensor, el cuadro de control. «Esta placa tenía más de 20 años y no hay recambio, por tanto hay que sustituir una parte mayor», detalla el jefe técnico.