Renovación en la sala de máquinas de la UE
La campana que Charles Michel ha utilizado para arrancar las reuniones a los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno europeos tiene un nuevo propietario. Es portugués, y no es un desconocido en los laberínticos pasillos del edificio del Consejo Europeo en la plaza Schuman de Bruselas.
El ex primer ministro luso António Costa se los conoce de sobra después de haber participado en las más altas reuniones del poder comunitario durante casi diez años, hasta que dimitió en el 2023 después que el ministerio público portugués abriera una investigación por supuestas irregularidades en la gestión de un proyecto de centro de datos, que quedó en nada.
“Lisboa es mi ciudad, Portugal es mi país y Europa nuestro hogar común. No hay contradicción entre estos tres niveles. En este mundo globalizado, la única forma de ser realmente patriota, de tener soberanía, es construir una Europa común”, aseguró ayer en su primer discurso, durante la ceremonia de traspaso de poderes.