
Probamos las nuevas Yamaha RMAX 1000, una familia de buggies extraordinariamente fáciles y divertidos
Quiero reconocer en estas primeras líneas del artículo que acudí a la invitación de Yamaha con el nerviosismo de quien se enfrenta a algo totalmente desconocido. No había conducido nunca un buggy, en resumidas cuentas.
Sin embargo, al poco rato de estar pilotando una de las unidades RMAX 1000 disponibles en el evento, por pistas forestales empinadas, embarradas, con roderas de medio metro, cruzando inmensos charcos, escalando piedras… Vaya, una excursión off road de tremenda dificultad, mi tensión inicial se fue convirtiendo en tranquilidad y confianza, como quien conduce un coche utilitario por una apacible carretera.
Y, he de decir, que este «milagro» capaz de convertir a un novato en un usuario con ínfulas de Carlos Sainz en el rally Dakar es única y exclusivamente mérito del vehículo.