Mary toma prestadas las joyas de Dinamarca para su 'coronación'

Ambas, una periodista y otra abogada, entraron en palacio al tiempo, en 2004, con una semana de diferencia. Claro que la vida de una y otra dentro de esos muros debió ser bien distinta. Doña Letizia encontró en la reina Sofía un ejemplo en el que mirarse, una aliada por momentos y una generosa suegra a la que no le importaba prestarle sus joyas.

Mary, en cambio, no tuvo tan fácil con la reina Margarita. Hasta se llegó a decir que su vestido de novia, que encabeza el ranking del menos favorecedor de las bodas reales, se lo diseñó su suegra. Y de colocarse sus joyas, ni hablar. Tanto fue así que la entonces princesa australiana adquirió una tiara en una subasta para poder alternarla con la única de que disponía hasta entonces.

Pero ahora, con el cambio de rol, las cosas han cambiado. Y mucho. Mary ya es reina y, como tal, dispone de un privilegio que, ya se ha visto, no piensa desaprovechar: la de hacer uso de las joyas propiedad de Dinamarca que el país presta a su reina.