
Lamine yamal y la nueva moral pública
Más allá de las declaraciones oficiales del Barcelona, de los asesores de imagen o de la fugaz disculpa —si la hubo—, lo ocurrido encarna un nuevo fenómeno: el choque entre la vieja cultura del 'todo vale' en el espectáculo y la emergencia de una conciencia colectiva que exige dignidad, inclusión y respeto a colectivos históricamente invisibilizados, instrumentalizados o directamente ridiculizados.
Muchos defensores espontáneos del futbolista han querido rebajar lo sucedido a una mera «celebración privada», como si esa categoría jurídica desactivara automáticamente cualquier consecuencia pública. Craso error. En tiempos del 'social media', lo privado y lo público se entremezclan. La fiesta no era privada: era visible. Y eso, hoy, lo cambia todo.
La visibilidad es poder, pero también responsabilidad. Las figuras públicas –y más aún aquellas con un contrato profesional con instituciones deportivas de alto impacto como el Fútbol Club Barcelona– no viven en una esfera ética paralela. Tampoco pueden escudarse indefinidamente en su juventud o en la espontaneidad del momento.