La pintura espiritual de la 'médium' Hilma Af Klint asombra en el Guggenheim
De no ser por la rareza de su carácter, su obra estaría hoy a la altura de las de Kandinsky, Malevich o Mondrian. Pero la pintura de Hilma Af Klint (Estocolmo, 1862– 1944) ha sido hasta hace nada una 'delicatessen' degustada solo por algunos avisados. Ahora la descubre para el gran público el museo Guggenheim de Bilbao que, siguiendo la estela de su hermano neoyorquino que la descubrió en 2018, reúne casi 170 obras de esta singular y secreta artista que se considera una médium cuya obra surgió de sus profundas experiencias espirituales y esotéricas.
Precursora y pionera de la abstracción, la pintora sueca renunció a su formación en la tradición pictórica para centrarse en un innovador arte abstracto que solo se ha descubierto y valorado más de un siglo después. Y es que la propia Af Klint indicó en sus últimas voluntades que sus obras no deberían ser expuestas al menos hasta 20 años después de su muerte. En vida rara vez expuso sus piezas más innovadoras, lo que le privó del reconocimiento que no ha deja de crecer en la última década.
Pasó desapercibida en su tiempo no por falta de éxito, sino por su convicción de que el público no estaría «preparado» para comprender su lenguaje innovador y colorista, lleno de figuras geométricas, formas orgánicas, signos y símbolos extraídos de multitud de fuentes.