© laverdad.esLa lluvia y el frío rematan a Gaza
Antes de la guerra, las precipitaciones y el frío eran motivo de alegría en la Franja, pero este mes han dejado al menos trece muertos e imágenes impactantes de campos de desplazados convertidos en un mar de lodo y aguas residuales. La lluvia ha parado, pero las bajas temperaturas se mantienen y el termómetro cae hasta los 5 grados durante las noches.
A pesar del inicio del alto el fuego en octubre, no hay reconstrucción en una Gaza en la que, según Naciones Unidas, aproximadamente el 92% de los edificios residenciales están total o parcialmente destruidos. La mayor parte de los 2 millones de habitantes se encuentra en tiendas levantadas en campos improvisados, como el pequeño Mohamed durante sus catorce días de vida.
Amnistía Internacional denuncia que estas muertes «son las consecuencias previsibles del genocidio en curso de Israel y de su política deliberada de bloquear la entrada de materiales de refugio y reparación para las personas desplazadas», en palabras de Erika Guevara Rosas, responsable de la organización. En su opinión, se trata de una «tragedia absolutamente evitable».