
La grandeza del Greco brilla de nuevo en el Prado
En 1577 Doménikos Theotokópoulos era un pintor desconocido. Recién llegado a la corte española, el encargo de un insólito retablo para la iglesia del monasterio de Santo Domingo el Antiguo en Toledo daría muestras de su genialidad y su grandeza. Conocido desde entonces como El Greco, el pintor cretense completó nueve obras que luego se dispersaron. El Museo del Prado ha logrado reunir ocho de ellas para celebrar y reivindicar la grandeza y el genio del pintor, piedra angular de la colección, que pasó un par de siglos en el limbo de los incomprendidos.
«Es una muestra pequeña, de cámara, pero histórica», dice sin complejos Leticia Ruiz, jefa de colección de pintura española del Renacimiento del Prado y comisaria de la exposición que estará en cartel hasta el próximo 15 de junio. Ha podido reunir ocho de las nueve piezas pintadas por El Greco entre 1577 y 1579. Entre todas destaca 'La Asunción', la gran pintura central del retablo mayor, que desde 1906 forma parte de la colección del Art Institut de Chicago y que no se había expuesto en la pinacoteca española desde 1902.
Llegada a España hace dos semanas bajo excepcionales medidas de seguridad, la tela se expone en la galería central de Prado flanqueada por las dos obras del grandioso retablo conservadas en la colección del museo, las prestadas por la monjas cistercienses en un cesión excepcional y obras de colecciones privadas.