Junts exprime a un Sánchez impredecible
En Junts creen que la dinámica frenética vivida estas últimas semanas, de continuo toma y daca, con peligro de ruptura y posterior reconciliación, será una constante durante de toda la legislatura, cada vez que haya votaciones sustanciales en el Congreso. A juicio de los secesionistas, a Sánchez le gusta jugar con riesgo, vivir en el filo de la navaja. Eso sí, no lo ven con alicientes para precipitar el adelanto electoral. Sería, constatan, como ponerle en bandeja la victoria al PP y Vox.
En el partido de Puigdemont, en cualquier caso, no temen unas nuevas generales, ya que el objetivo prioritario para sus intereses, ganarle a ERC, lo creen asegurado. Y en el independentismo de centroderecha llevan meses advirtiendo de que no les asusta un Gobierno español conservador. Es cierto que podrían perder influencia. Pero objetan que la derecha en el poder moviliza el secesionismo y lo cohesiona.
Junts, por tanto, seguirá sin dar respiro al Gobierno. Cuando quiera apretarle, le tumbará una votación, y luego a negociar. Las treguas apenas duran unas horas. La próxima gran batalla ya está anunciada para dentro de apenas un mes. Ese es el plazo para la celebración del debate sobre si Pedro Sánchez debe someterse a la cuestión de confianza. Tras la admisión a trámite por parte de la Mesa del Congreso, el Gobierno tendrá como máximo 45 días para convencer a Carles Puigdemont de que retire la propuesta.