© canarias7.esHistoria de una obsesión: veneno, ácido y una escopeta para asesinar a su expareja
El concepto de viuda negra se acuñó para referirse a las mujeres que asesinan a sus parejas. No existe un término en criminología que se utilice para un caso como el de María, acusada de intentar asesinar en dos ocasiones al padre de sus hijos en la provincia de León. La primera, tras inyectar veneno en un trozo de chocolate de la marca Milka. La segunda, rociándolo con ácido. La Guardia Civil está convencida de que la detuvieron cuando ya planeaba la tercera. Desde hace una semana, duerme en prisión.
Quizá el término más aproximado sea el de una (presunta) obsesión. Esta es su historia y, sobre todo, la de José, un suboficial del Ejército del Aire de 41 años que ha pasado de correr ultramaratones y 100 kilómetros diarios en bici a quedarse ciego y caminar con un bastón. Las secuelas que sufre son «extremadamente graves». Tiene una incapacidad absoluta para trabajar y una vida por delante llena de dolores y obstáculos.
El año 2019 marca el principio del fin. La convivencia entre la pareja se había deteriorado y José dio el paso de separarse con dos hijos en común que entonces tenían 2 y 6 años. Los llamaremos Pedro y Juan (lo único ficticio de este relato son los nombres, que se omiten para preservar la intimidad de los menores). Inicialmente, los críos se quedaron con ella en el domicilio familiar, pero el padre consiguió la custodia en los juzgados con un régimen de visitas para la madre, que permanecía, temporalmente, en el domicilio familiar.