Esta familia puede llevar a Trump a la Casa Blanca
El sistema constitucional estadounidense ha servido de referencia desde su nacimiento. Es un país que nació siendo una democracia y nunca ha dejado de serlo. Uno de los aspectos más fascinantes es la perfección en la separación de poderes que, desgraciadamente, no ha sido copiada de esa forma en el resto de las democracias.
No existe la anomalía de que los miembros del Poder Ejecutivo tengan escaños en el Senado o la Cámara de Representantes. Los congresistas no pueden ser miembros del gabinete. En cambio, Sánchez, como sus antecesores, es diputado y forma parte del Poder Legislativo. Es cierto que no es necesario ser diputado para ser presidente del Gobierno.
Lo lógico sería que ni él ni el resto de los ministros lo fueran. El sistema de pesos y contrapesos ha resultado siempre muy eficaz, pero tampoco ha sido copiado de forma adecuada. No hay más que ver los disparates del sanchismo, la utilización de las instituciones de forma partidista o el comportamiento del presidente como si fuera un jefe de Estado.