© canarias7.es«El sexo en pantalla es aburrido, lo divertido es la tensión previa entre los personajes»
El cineasta inglés aborda en su ópera prima, que llega a Valladolid tras cosechar premio en Cannes, la sumisión sexual con espacio para la ternura, donde también se habla de los límites del amor y la vulnerabilidad de los roles en una relación. «Es raro encontrarte con algo tan puramente original y sorprendente.
Al leer el guión pensé, vale, este motorista gay es tan chulito, pero también es tierno y, de alguna forma, se convierte en una historia de amor. Cuando te llega un personaje así, de una forma tan entusiasta, no lo sientes como un riesgo o algo que dé miedo. Me sentía honrado y feliz de formar parte de esta historia», asegura Alexander Skarsgård.
Más allá de la ternura, la cinta no obvia, ni mucho menos, la relación sexual de sumisión que existe entre ambos protagonistas. «Siento que ahora hay un tipo de sexo que predomina en la pantalla. Son como gestos de lo que es el sexo. Siempre están los mismos planos de una mano apretando unas sábanas, una gota de sudor cayendo.