El pulso del líder del PNV con su portavoz en el Congreso irrumpe en la legislatura
La pugna, que ha aflorado tras anunciar Ortuzar hace dos semanas su «disposición» a seguir al frente de la primera fuerza en Euskadi para un cuarto mandato si así lo quieren los afiliados, evidencia de manera sobrevenida las tensiones que ya se hicieron patentes en el relevo de Iñigo Urkullu como candidato a lehendakari y agrieta la cohesión interna de un socio especialmente fiable para Sánchez, más allá de sus coincidencias puntuales con el PP en asuntos relevantes en la estrategia de los nacionalistas como la defensa de la democratización de Venezuela o la supresión del impuesto a las energéticas.
Dado que el duelo es por el poder orgánico y no de carácter ideológico y que los peneuvistas retienen Ajuria Enea gracias al pacto con el PSE frente a una EH Bildu al alza, nada apunta a que el presidente tenga motivos para inquietarse por este flanco de sus zozobrantes acuerdos de investidura. Pero la crisis puede tener derivadas en este volátil contexto político.