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El Ferrari 250 LM chasis nº6, o la historia del piloto fantasma
Pongámonos en situación. Enzo Ferrari, Il Commendatore había sido un firme defensor del motor delantero («los caballos siempre van delante…»). Pero los triunfos de los ligeros Cooper ingleses cambiaron muchos principios y, en la temporada de Fórmula 1 de 1961, Ferrari adopta de forma definitiva una arquitectura de motor central/trasero para su exitoso monoplaza de Gran Premio, el 156.
Esta evolución también ganó fuerza en los sport Dino de pequeña cilindrada de principios de la década de 1960, antes de que Ferrari instalara un V-12 con especificaciones Testa Rossa en la parte trasera de un chasis prototipo, lo que dio como resultado el legendario 250 P, ganador de las 24 Horas de Le Mans de 1963.
Enzo Ferrari estaba buscando un sustituto para el 250 GTO en las pruebas de sport. Y pensó que el 250 P podía transformarse en una formidable Berlinetta de la clase GT. Se montó una versión apenas modificada del chasis del 250 P con una nueva carrocería firmada por Scaglietti.