5Foto1Video© sport.esBárbara Rey pierde los nervios tras ser la gran olvidada de las memorias del Rey Juan Carlos
Hay un aspecto que por sí solo da la medida del talante moral del rey honorífico Juan Carlos I, y define el valor de las declaraciones que, como pretendidas memorias, ha dictado a su singular admiradora francesa Laurence Debray. Que Juan Carlos alabe a la mujer que abandonó hace medio siglo, como compañera ideal de su vida, define el cinismo del personaje, quien, en sus manifestaciones grabadas con la entonces manceba de turno, María García, o sea Bárbara Rey, confesaba que desde que naciera Felipe no había vuelto a tener convivio con la que ahora tanto elogia.
Resulta increíble el desparpajo en que Juan Carlos afirma que de su esposa: “Ella no tiene un igual en mi vida y seguirá siendo así, aunque nuestros caminos se hayan separado desde mi partida de España… Ella sigue siendo la madre de mis hijos, una Reina extraordinaria y un ancla emocional fundamental e irremplazable… Somos diferentes, pero compartimos el mismo sentido del deber”.
Y tiene la caradura de decir que esa separación se produce cuando marcha a Abu Dabi, cuando llevaba años pasando las Navidades con Corinna o sus estancias con su amiga Marta Gayá, de quien confesó a su primo que era la mujer que lo había hecho más feliz. Y llega a decir como si nada que “lamenta amargamente” que Sofia no haya ido a verlo a Abu Dabi. ¿Hay que tener cara!