Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años

Retrasar la edad de jubilación y de esta manera, aumentar la vida laboral es una de las fórmulas que muchos países están poniendo en marcha para asegurar la solvencia financiera de las pensiones. En España,en concreto, las penalizaciones a la jubilación anticipada y los estímulos a la demorada aplicadas desdel el 2022 están mostrando sus efectos. Los datos publicados ayer por la Seguridad Social indicaban que las jubilaciones anticipadas ya son menos de un 30% de las nuevas altas en los primeros siete meses del año cuando en el 2019, suponían el 40%.

Sin embargo, la medida tiene un precio en salud, unas consecuencias sobre la esperanza de vida, según el estudio publicada hoy por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). En concreto, se advierte que retrasar un año la salida del mercado laboral “aumenta significativamente el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años”. En concreto, supone un aumento de 4,4 puntos porcentuales, que suponen un aumento relativo del 38% en esta franja de edad.

Es un  riesgo que no se extiende de manera uniforme, sino que depende en gran parte de los sectores profesionales y de la exigencia física que requieren. Son las ocupaciones físicamente más exigentes y las sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental las que concentran este riesgo de aumento de la mortalidad. En cambio, disminuye en las personas que tienen acceso a mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad.