© hoy.esMenores sicarios: el asesinato como ascensor social
Europa mira con preocupación el fenómeno emergente de los menores sicarios, que se ha convertido en una auténtica 'ola' dentro del continente. Responsables policiales reconocen su incapacidad para frenar esta moda que, advierten, ha venido para quedarse salvo que se lleven a cabo reformas legislativas «profundas y disuasorias» que permitan ponerle freno a este situación. El motivo es bien simple: «El crimen organizado -argumenta un investigador- se está aprovechando de la laxitud de la ley del menor para cometer sus ajustes de cuentas».
El asunto ha adquirido tal dimensión que en los últimos meses se han celebrado reuniones de coordinación entre Europol -organismo de cooperación policial- y Eurojust -para la judicatura- con el objetivo de intercambiar información e impulsar los cambios necesarios para combatir esta tendencia, que se detectó por primera vez hace cuatro años, pero que en los dos últimos ejercicios se ha multiplicado de manera exponencial. Empezó en Suecia, y de allí se ha ido irradiando a los países más próximos.
Hace justamente un año, la localidad malagueña de Fuengirola fue escenario del primer asesinato consumado en España presuntamente por un menor sicario. Un joven holandés fue acribillado a balazos con un fusil de asalto -como el que se utiliza en el Ejército norteamericano- cuando trataba de escapar de un club de cannabis. El presunto autor fue detenido el pasado verano. Resultó ser un adolescente belga de 17 años.