El mano a mano entre Martín y Bagnaia se disputa al otro lado del mundo
El trazado de Phillip Island, a unas dos horas al sur de Melbourne, siempre es sinónimo de carreras espectaculares e imprevisibles. Un circuito construido junto al acantilado de una isla de apenas 10.000 hectáreas y que en esta época del año (empezando la primavera austral), es habitual que se den las cuatro estaciones en un día. De hecho, este mismo jueves de ruedas de prensa y previa de gran premio amaneció soleado y con una temperatura agradable y acabó con lluvia y un intenso viento, que también suele ser marca de la casa. Y la previsión del fin de semana, a priori, no es muy halagüeña.
En Phillip Island siempre hay que tener presente la meteorología y eso lo saben perfectamente los pilotos. Sin ir más lejos, el año pasado se canceló la carrera del domingo, por las malas condiciones, y solo se disputó la del sábado.
De infausto recuerdo para Jorge Martín, que a falta de una vuelta se quedó sin goma trasera y vio cómo le pasaban cuatro pilotos en ese último giro, para acabar quinto. El madrileño tiene una cuenta pendiente con el trazado australiano, que pretende saldar este mismo año.