El pistolero de Plasencia, dos semanas de psicosis
Extremadura es la comunidad autónoma con el índice de criminalidad más bajo de España. En una región que no suele superar los cinco homicidios al año aún se recuerda con terror la ruta asesina del pistolero de Plasencia. Hace diez años que un preso aprovechó un permiso para fugarse de la cárcel y desató la psicosis. En dos semanas cometió dos asesinatos, un secuestro de un padre y su bebé y varios robos.
Rafael Robles, natural de Talayuela (Cáceres), de 53 años, estaba perfectamente adaptado a su vida en la cárcel de Badajoz, donde llevaba 13 años, por un intento de asesinato. Era un tipo sonriente, respetado por los internos y que solía vestir con ropa militar. Hablaba de lo mucho que le gustaban las armas y un supuesto pasado como legionario, de ahí, su apodo de 'el Lejía'. En Plasencia era más conocido como 'el Turco' y finalmente como el pistolero tras su ruta a tiros.
El 21 de enero de 2014 logró su primer permiso penitenciario después de tres años. Habían rechazado sus solicitudes anteriores porque en 2011 cometió un delito de amenazas cuando estaba fuera. El informe de 2014 señalaba que había pagado la responsabilidad civil de sus delitos, que trabajaba en la cárcel, que no consumía drogas y que tenía una «excelente conducta». Cuando le llegó la notificación de que le daban un permiso, le dijo a sus compañeros que no pensaba volver. Le quedaban aún cuatro años de condena.